martes, 16 de enero de 2007

ALEGRE Y CONFIADA

Al igual que en la comedia de Jacinto Benavente, Sevilla nos recuerda a "La ciudad alegre y confiada". Por lo menos esa parece ser la imagen que ofrece nuestra ciudad a los visitantes, según los resultados de la encuesta publicada hace unos días por la Universidad de Sevilla y el Consorcio de Turismo.
Divertida y atractiva, dicen unos. Una ciudad con un estilo de vida propio, dicen otros. Una ciudad viva y con alegría. Y siguen otros elogios: una ciudad desarrollada, limpia y segura; hospitalaria y con buen clima; con gran riqueza histórica y monumental; con una deliciosa gastronomía. Desde luego volveremos, dicen casi todos.
Como en la comedia, puede que los problemas no estén a primera vista. Que no se perciban en una visita de fin de semana, en la que los principales monumentos y una agradable velada en una terraza, ocupan las horas. Son sensaciones que contrastan con los indicadores culturales y económicos de los diferentes anuarios publicados, en los cuales la posición relativa de nuestra ciudad pierde puestos en el conjunto de España. Sevilla mejora, pero más lentamente que otras ciudades a las que mirábamos desde lo alto de las estadísticas hace poco. Solo hace falta visitar algunas ciudades españolas, para darnos cuenta de cómo han mejorado en la calidad de servicios y en todo aquello que el ciudadano necesita cotidianamente. Equipamientos urbanos, transportes, infraestructuras, servicios municipales…
La reputación de Sevilla aguanta y el mito no se deshace en unos pocos días. La vieja dama mantiene su atractivo. Quizás no sea la realidad del día a día, pero de todas maneras, así es como nos ven. Una ciudad bella, con calidad de vida y otros lugares comunes semejantes. Por otra parte, es posible que la mayoría de los sevillanos esté de acuerdo con esta imagen. Quizás no solo estemos alegres y confiados, sino también satisfechos. ¿Porque preocuparnos entonces?

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